La cosecha de un agricultor históricamente ha dependido de cómo haya trascendido el año en materia de inclemencias metereológicas. Pues los cultivos a cielo a vierto tienen la incertidumbre de que las producciones pueden oscilar muchísimo en función de la meteorología. Se puede prever una excelente cosecha pero puede llegar un temporal o una tormenta y dar al traste con toda la cosecha.

 

Nosotros de hasta ahora hemos sufrido dos temporales, los cuales han provocado daños, afortunadamente menores, pues la producción y el desarrollo vegetativo de las plantas siguen su cauce.

 

La primera tormenta  fue el 19 de mayo, que provocó la pérdida del 80%  de los pimientos que teníamos cultivados. Esta tormenta se notó mucho más en San Clemente (Cuenca) donde los daños han sido enormes debido al granizo.

 

La tormenta del pasado 10 de junio, así como las sucesivas tormentas  que ha habido días después, también han provocado daños. Nuestra suerte es que no ha habido granizo y la planta en general se encontraba en un momento de su desarrollo vegetativo que ha evitado males mayores. Si el cultivo estuviera más adelantado al nuestro, el daño hubiera sido mucho mayor