Esta semana, hemos comenzado ya con la planta de patatas.

 

Aunque se puede utilizar cualquier patata a la que simplemente hayamos dejado echar raíces, lo ideal es adquirir semilla de patata certificada, que ha sido cultivada para este fin. De manera que se nos garantiza que la patata está sana,  es decir que no vamos a tener un gran número de mermas.

 

La variedad que hemos escogido es la Jaerla, que es un patata blanca, de cultivo temprano, vigorosa, resistente a las plagas y enfermedades, pero hay multitud de variedades, muchas de las cuales son perfectamente aptas para el cultivo en nuestra zona. 

 

La siembra es bastante sencilla. Cortamos las patatas en trozos para utilizar las diferentes raíces y multiplicar la semilla y lo introducimos en los lomos (los que inicialmente preparamos más anchos) a una distancia de entre 60 y 80 cm, de manera que cuando crezca la mata tenga suficiente espacio. Posteriormente damos un pequeño riego para que enganche rápido y en poco tiempo comenzaremos a ver los primeros brotes