Este verano ha sido extremadamente caluroso y además hemos sufrido tres tormentas a lo largo de la campaña de verano las cuales también han sido muy virulentas.

 

El municipio en la última tormenta tuvo problemas de inundaciones y el vendaval que se levantó, arrancó tejas de los tejados, ramas y tumbó árboles. Si eso ocurrió en el pueblo imaginaros cuando la “nube” pasó por nuestro huerto.

 

Hubo bastantes daños, las judías verdes acabaron fuera de la parcela y nuestros huertos eran una mezcla de barro y plantas tumbadas.

 

La granizada fue tan fuerte que se veían las marcas como de agujeros de bala en el suelo y los frutos donde impactaron  quedaron inservibles. Esto provocó la pérdida de la mayor parte de los frutos que existían en ese momento en nuestros huertos.

 

Sin embargo la naturaleza es sabia y a los pocos días, el terreno se oreó, las plantas fueron recuperando su vigor y empezaron a dar nuevas flores que acabarían en frutos como tomates, pimientos y berenjenas.